jueves, 27 de octubre de 2011

El Significado del Llanto en los Niños


El llanto de los niños tiene contenidos que varían de acuerdo con su edad y con situaciones específicas.
Al nacer, el primer llanto los provee de oxígeno e infla sus pulmones. Después el niño tiene hambre, sueño, frío, incomodidad o dolor, lo expresa a través del llanto porque en muchas ocasiones los padres u otras personas que los cuidan creen que deben esperar a que se produzca para atenderlo y solo será junto a él cuando se los demanda llorando. Ello favorece que el niño aprecia el llanto en años posteriores, como algo útil para la satisfacción de sus necesidades.

Los psicólogos Lakin y Rosensweig demostraron que los niños atendidos con prontitud, se transforman en adultos más tranquilos que los demás, lo cual contradice la creencia de que los niños se malcrían cuando no se los deja llorar. En forma socialmente adecuada y admitir el llanto sin importar el sexo o edad de los niños, sin regañar ni burlarse de ellos como ocurre en ocasiones.

No se debe argumentar que el llanto es “cosa de nenas” o amenazarlos con “hacerles algo para que tengan un motivo válido para llorar”. Este tipo de actitudes, convierte el llanto en un comportamiento habitual y dañino para niños y desagradable para quienes conviven con ellos.

En muchos casos, una palabra dulce, un abrazo o una caricia de papá o de mamá son remedio infalible. Tenga en cuenta que al igual que los adultos, los niños tienen momentos de mayor cansancio, como la hora de la comida; también hay sitios que los incomoda o los hace sentir nerviosos, como los lugares públicos llenos de personas. Este cansancio y nervosismo generalmente provocan llanto y requieren de la paciencia y la tolerancia de los mayores. Si puede, evite llevarlos a supermercados o centros comerciales en horas de congestión y trate de hacer más agradables y relajadas las horas de la comida, postergando exigencias.

Cuando se usa el término “Soborno” para determinar el objetivo del llanto del niño, parece como si el padre o la madre entendieran que él pretende fastidiarlos directamente y si este es el caso, se puede predecir una respuesta hostil o agresiva del adulto, que a su vez provoca más llanto.

Es preferible comprender que el niño sabe por aprendizaje que llama la atención de los padres o consigue algo que desea cuando llora y entonces conviene enseñarles otras formas de satisfacer sus necesidades: hablar con él, escucharlo, si le es posible, y permitirle obtener aquellas cosas que desea, siempre y cuando lo exprese con su propio lenguaje, verbal si ya lo tiene, o por medio de gestos y señas.

Si usted decide que no va a complacerlo en algo, puede distraerlo con un juego, una canción un cuento, y si es un poco mayor, explicarle, hasta donde le sea posible, las razones de su negativa.

No es necesario que los padres accedan a todas las peticiones de los niños, pero tampoco deben negar sistemáticamente todo lo que les piden. Cuando se está seguro de que no se va a conceder algo, es importante mantenerse firme sin ceder al arrepentimiento cuando el llanto sea más fuerte, porque con seguridad la próxima vez arreciará hasta límites que nadie podrá soportar. Esta firmeza no incluye el maltrato que solo agrava los problemas.

Dra. Fabiola Camelo – Psicóloga UNIANDES.

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